Todas hemos pasado por ese momento, en que estamos frente al armario y nos decimos “no tengo nada que ponerme…”. Por un momento creemos que nuestra mente nos está jugando una mala pasada, porque estamos frente a un montón de ropa acumulada con los años, pero que por alguna razón no logramos encajar para ese día.
Si nos pasa de 2 a 3 veces al mes, podemos hecharle la culpa a nuestra indecisión, o que en ese día teníamos una reunión de trabajo importante, una salida a cenar con alguien especial, una evento social como una boda o una fiesta de gala.
Pero si nos pasa semanalmente o diariamente, se convierte en una terrorífica rutina donde nos congelamos frente al armario con una angustia que se materializa en la frase: que me pongo hoy?…, precisamente el día que tengo unos 15 minutos de retraso y me urge llegar a tiempo.
Esa es la situación donde nuestro armario ha llegado al estado de “cuidados intensivos” y requiere de toda nuestra atención y cariño. Primero la negación. No puede estar tan mal, recuerdo que la última vez que lo acomodé fue hace 1 mes, o eran 6 meses… .Además no hace mucho que reemplacé ese pantalón negro que me hacía tanta falta. Y recuerdo haber regalado un montón de ropa, fue este año, casi estoy segura o, fue el año pasado…?
Luego nos abruma la sensación de culpa, “como llegamos aquí?”, “Debí haberlo cuidado más…”. “No tengo tiempo ni para ir a cortarme el cabello, y voy a tener que sacar 3 horas para ordenar mi armario, nooooooo”.
Finalmente respiramos profundo, nos sentamos en la cama con impotencia, mirándolo fijamente y decimos “esta bien, de esto vamos a salir juntos,y te lo prometo que no nos va volver a “suceder”.Tomamos valor, y manos a la obra. Mientras lo hacemos empiezan a aparecer esas piezas que no nos ponemos desde hace… cuanto? 3 meses o eran 6, pero que por alguna razón no nos podemos desprender de ella. Nos encontramos con aquellas piezas que no sabemos ni siquiera porqué compramos en primer lugar, y nos decimos “que tendría ese día en la cabeza…”.
En armario responsable vivimos bajo el principio de “menos es más”. Cuando eliminamos el desperdicio, en nuestras vidas, entendiendo como desperdicio todas aquellas cosas y actividades que no agregan valor y que más bien nos atrasan, nos estorban, y que se convierten en los cómplices de que tengamos que invertir el doble de tiempo, esfuerzo, y pensamientos para tener el mismo resultado en nuestras vidas.
Estas reglas te ayudarán a que tu armario sea un cómplice de tu éxito en el día a día, y sin duda verás resultados a largo plazo. Atrévete a darte una oportunidad de organización!
Es muy común que guardemos esas prendas que son hermosas, que representan una época de nuestras vidas, o con las cuáles nos planteamos una meta: me quedará cuando baje estos 3 kilos.
La idea no es desalentarte, sino que vivas intensamente el momento presente, aquí ahora lo necesito, o realmente lo necesitaré si bajo esos 3 kilos, mmm. Realmente combina con el resto de mi guardarropa?
2. Si en 3 meses no te lo has puesto, olvídalo…
Si no recuerdas haberlo utilizado en 3 meses, muy probablemente no lo necesitas. Si te queda perfectamente puede ser que ya no te represente. Aunque hemos perdido el valor de la herencia cultural de los textiles y la vestimenta como parte fundamental de nuestra sociedades; ha sido trascendentales para el ser humano, las prendas como como medio de expresión. Y eso se traslada en nuestro armario cuando nos ponemos algo y decimos “ esta no soy yo“. Cuando nos ponemos una prenda y nos sentimos completamente identificadas en un conjunto, “la prenda y yo somos una”, es ese momento en que nos sentimos hermosas, decididas, y con la energía para ir a conquistar el mundo.
Nunca pierdas de vista que la prenda es más allá que un conjunto de hilos, su elaboración pasa
por muchas manos, y escoger la idónea para vos definitivamente acentuará tu belleza, tu personalidad y toda la buena vibra que deseas transmitir a tu alrededor
3. 1,2,3 y contando…
Cuando al contar tenemos muchas piezas de un sólo color, empieza a sospechar!. Es muy común que a lo largo de la vida nos guste “una paleta de colores”, y nos volvamos fiel a ella. En la adolescencia regularmente me aferraba a 2 colores: el azul y el negro, además del obligatorio color jeans! Esto era una forma en su momento , de percibir el mundo, tratando de pasar desapercibida. Creo que todas hemos pasado por esas “crisis de identidad” o “cambio de etapas en la vida”, de las cuáles salimos renovados, con el espíritu fresco en busca de algo más..
Lo idóneo es que la paleta de colores vaya incrementando en la vida, nos identifiquemos más con unos que con otros, digamos adiós a algunos que nos representaron en su momento, y nos quedemos con un número de unos 6 colores primordiales y sus respectiva combinaciones en estampados.
Buenas noticias, si estás alarmada pensando que 6 colores son demasiados, el arcoiris tiene 7 y viste armoniosamente todos al mismo tiempo. Por lo menos si hay una frase que estoy segura de nunca haber escuchado en la vida es “que feo ese arco iris”. Haz el conteo de cuantos colores tiene tu paleta, y te sorprenderás…
4. Prueba nuevas combinaciones regularmente
Es fundamental que hagas un inventario de tu armario, de manera trimestral. Esto te permitirá aplicar las 3 primeras reglas y estamos listos para sumergirnos en las combinaciones. Regularmente “huímos” de lo nuevo, aquellas que nunca hemos probado en términos de colores, estilos, estampados y texturas. Nos cruzan por la mente cuando estamos apuradas, pero nos decimos “hoy no me puedo arriesgar”. Saca el tiempo, pruébate las combinaciones que seleccionaste, y establece el reto de incorporar 3 combinaciones nuevas a tu guarda ropa mensualmente. Calendariza en que semana lo vas a usar, y sepáralo en tu armario. Puedes probarlo en “un escenario seguro”, una salida con amigas, una actividad familiar, o en una salida al cine. En muchas empresas los Viernes se permite “vestimenta casual”, lo cual es una gran oportunidad para nuestra “nueva combinación”.
Recuerda anotar si te sentiste diferente ese día; más segura, con más energía o más radiante. Puede ser que recibas cumplidos inesperados ese día también. Cualquiera de todas los anteriores posibilidades definitivamente habrán hecho que el esfuerzo valga la pena.
5. Transforma tus piezas en estilos más a la moda
Frecuentemente tenemos esa prenda, cuyo diseño ya no está de moda, pero su textil nos encanta! Puede ser por el tamaño, la textura, el estampado, la comodidad, el color o su calidad.
La alta costura es un arte, pero siempre hay espacio para los aprendices! Toma un hilo y un aguja, o si tienes disponible una máquina de coser, y voluntad puedes convertir la vieja prenda en un estilo actual y divertido. Puedes encontrar guías y videos de como hacerlo en internet: acá en el armario tendremos un espacio, para utilizar nuestras manos y darles una “nueva oportunidad” a nuestras prendas.
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